Cristo, el Señor me ama por siempre,
Mi vida guarda tan tiernamente;
Vence el pecado, cuida del mal,
Ya pertenezco a él.

Ya pertenezco a Cristo,
Y él pertenece a mí.
Es mío por la eternidad,
Y en esta vida aquí.

Cristo bajó del cielo y buscóme;
Lleno de vil pecado encontróme;
Me levantó de vergüenzas mil,
Ya pertenezco a él.

Ya pertenezco a Cristo,
Y él pertenece a mí.
Es mío por la eternidad,
Y en esta vida aquí.

Gozo indecible inunda mi alma,
Siento en mi ser la célica calma;
Él me lleno de felicidad,
Ya pertenezco a él.

Ya pertenezco a Cristo,
Y él pertenece a mí.
Es mío por la eternidad,
Y en esta vida aquí.

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