No me importan riquezas
De precioso metal,
Si más rico tesoro
Puedo ir a gozar.
En las páginas bellas
De tu Libro eternal,
Dime, oh Cristo bendito,
Si mi nombre allí está.

¡Oh, el Libro precioso
De tu Reino eternal!
Soy feliz para siempre
Si mi nombre allí está.

Muchos son mis pecados,
Cual la arena del mar,
Mas tu sangre preciosa
Me los puede limpiar;
Porque tú has prometido,
Oh bendito Emanuel,
«Si tus culpas son negras,
Blancas yo las haré.»

¡Oh, el Libro precioso
De tu Reino eternal!
Soy feliz para siempre
Si mi nombre allí está.

¡Oh, ciudad deliciosa,
Con mansiones de luz!
Do triunfante el cristiano
Goza ya con Jesús.
Do no entra el pecado,
Ni tristeza, ni mal;
Allí tengo mi herencia;
Si mi nombre allí está.

¡Oh, el Libro precioso
De tu Reino eternal!
Soy feliz para siempre
Si mi nombre allí está.

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